‘Recalculando’: Ser Seres Humanos

“Los hombres son animales razonables regulados por el impulso de la pasión.”

Alexander Hamilton

En tiempos de Pandemia, los seres humanos nos vemos sumergidos entre la persuasión de la paranoia y el autocuidado y oscilamos a medida de lo que vamos viviendo constantemente. Y no es para menos, muchos de nosotros en estos últimos meses nos vimos obligados a cambiar las rutinas, los planes y posponer deseos, prioridades y limitarnos a las tareas del hogar, refugiándonos en lo que hemos llamado autoaislamiento. El señor se ausentó de su oficina, el chico de enfrente no está yendo a la escuela, la adolescente de la vuelta no se ha reunido con sus amigos, las calles del barrio son frecuentadas por pájaros y algún que otro transeúnte. Ya los novios no se ven tanto y a los abuelos les tuvimos que enseñar el arte de las video-llamadas, en una época donde hacer un “mandado” parece una tarea de la clandestinidad. La naturaleza parece sonreír al poder respirar más tranquila asumiendo la necesaria soledad propiamente dicha, aunque sea por un instante.  Mario Alonso Puig, un cirujano de procedencia española, alega que “en todo ser humano HAY grandeza” y como tales pusimos a prueba nuestro intelecto, modificando y adaptándonos a una nueva realidad temporal pero realidad al fin.

El origen de la palabra Pandemia proviene del griego ‘pan’ que significa todos y ‘demia’, ‘demos’ que significa pueblo, el producto final reside en ‘Todo el Pueblo’. Y lo fue así, todos y cada uno de nosotros. Ningún ser humano sufre por los sentimientos y emociones sino por la retórica, y en pocas palabras la retórica es la forma en que interpretamos un discurso sobre el cual nos persuade acerca de algo, en otras palabras es como argumentamos lo que sentimos. ¿A que vengo con esto? Sencillo, cada uno sufre y surte los obstáculos del confinamiento conforme a como los aborda en su mente, conforme a como los asimila y conforme lo vá sistematizando dentro de sí. Intensificamos hábitos de higiene casi infinitas veces al día, nos protegemos con barbijos y minimizamos el contacto social casi al mínimo. Nos reducimos a la máxima prudencia personal.  

A continuación utilizaré un fragmento de uno de los diálogos de Platón llamado “Gorgias o de la retórica”

SÓCRATES: – ¿Quieres que, entonces, admitamos dos especies de persuasión, una que produce la creencia sin la ciencia y otra que produce la ciencia?

GORGIAS: -Definitivamente.

SÓCRATES: -De estas dos persuasiones, ¿Cuál es la que con la retórica opera en los tribunales y otras asambleas con motivo de lo que es justo y es lo que es injusto? ¿con aquella de la que nace la creencia sin la ciencia o la que engendra la ciencia?

GORGIAS: – Está claro Sócrates, que con la que engendra la creencia.

SÓCRATES: – La retórica, a lo que parece, es, entonces, obrera de la persuasión que hace creer y no de la que hace saber en lo tocante a lo justo y lo injusto.

GORGIAS: – SÍ.

SÓCRATES: – El orador, entonces, no se propone instruir a los tribunales y a las otras asambleas acerca de la materia de lo justo y de lo injusto, sino únicamente conseguir que crean. Verdad es que en muy poco tiempo le sería imposible instruir a tanta gente en objetos tan importantes.

Parafraseando el diálogo anterior y llevándolo a nuestra temática que es la retórica, lo que llevamos a cabo es la construcción de un relato en base a aquello que sentimos o nos aborda como una emoción y lo asumimos al discurso como válido, como lo indica el texto: engendramos una creencia, que como todas las creencias, son subjetivas y se generan en base a lo que hemos construido a lo largo de la vida, los seres humanos.

Todo bien hasta esta parte, nada de lo mencionado es nuevo, el asunto principal es ¿cómo reactivamos todo nuevamente?, parece que al enterarnos de lo sucedido presionamos un botón que decía: “En caso de Pandemia seguir dichas instrucciones” (las que hemos nombrado antes), pero en las diminutas letras del contrato social no especificaba como accedemos a la tan denominada “Nueva normalidad”, claro que todos ejercemos el derecho de opinar acerca pero nadie tiene la menor idea de cómo hacerlo; y es que no existen precedentes al respecto, con tamaña magnitud y en esta era en la que vivimos. Para ello utilicé este título para plasmar un poco de manera creativa y en idioma tecnológico lo que ha de suceder ‘Recalculando’.

¿Qué es lo que nos caracteriza a los Seres humanos a diferencia de otras especies? Somos Seres Racionales, Y como seres racionales las situaciones de la vida nos llevan a la reflexión, al pensamiento crítico, a la previsión de las cosas, a la alerta ante posibles acontecimientos de cosas simples a las más complejas. Personalmente creo que el elemento principal de la racionalidad es el Riesgo, en la toma de decisiones. Si bien los animales, poseen instinto (cosa que los humanos erróneamente creemos que también poseemos cuando en verdad NO), se guían por ello y ya tienen determinado su hecho sin pensar en un “ensayo y error” porque no tienen esa facultad. Al Riesgo lo ubico en el momento de dar un paso hacia algo incierto, donde, valga la redundancia, la incertidumbre es ama y señora; ¿y es que acaso no nos encontramos en una situación así? ¿Es que sabemos cómo retomar todo y re-adaptarnos a lo que antes era “normal”? ‘Recalculando’

El error que solemos cometer es aferrarnos a la indecisión, al “No se”, “a lo mejor me quedo aquí”, “a lo mejor espero un poco más”, un coctel mortal si lo mezclamos con el temor y el miedo. Y es que vivimos pensando en la repercusión de algo que no existe o por lo menos aún no existe que es El Futuro. Tanto el pasado como el futuro son cosas que ya pasaron y cosas que pasarán, recuerdos o proyectos, no anclamos nuestra barca en el presente, en lo tácito, en lo tangible, nos perdemos los detalles, las acciones, los hechos, las actitudes, tratamos de hacer todo bien para no repetir cosas que estuvieron mal antes y repetimos cosas que creímos que estuvieron bien para no generar problemas más adelante. ‘Recalculando’

Y es que para reubicarnos, para retomar, y para Recalcular la nueva normalidad necesitamos tomar el riesgo de ser seres humanos, el riesgo a equivocarnos, el riesgo a que de manera consciente vayamos poco a poco reiniciando nuestras actividades. Yo personalmente no soy partidario ni muy confiante de que las cosas (luego de lo que ha sucedido a raíz del Covid-19) cambiarán rotundamente; pero si creo en que por un tiempo las cosas serán tomadas de una forma más genuina, incluso por el mismo efecto de haber abandonado por un tiempo las actividades diarias que llevábamos a cabo y que ahora debemos retornar hacia ellas nuevamente luego de un aislamiento social. ¿Entonces de nada sirvió todo esto? La respuesta depende de cómo ejerzamos nuestra facultad de ‘ser humano’ y de cuanto nos afecte la “herida narcisista” que llevamos dentro de nosotros, y la alimentaríamos si nos tocase aceptar una equivocación o un error. La mayoría de las veces acudimos al habla para tener la razón, pero nunca estamos abiertos a perder, a errarle, ni tampoco a aceptar que hay algo más allá de nuestro “Yo”. ‘Recalculando’

Existe una máxima que dice: “sin esfuerzo no existe gloria” y por más cliché que suene nos olvidamos que para obtener un beneficio es necesario un sacrificio, tal como en el Ajedrez, entregamos una pieza que quizás puede ser importante, pero obtenemos una aún mejor. Todo resultado requiere una inversión o un costo importante, ¿Cuáles son las cosas que requeriría aquello que deseamos? ¿Estamos preparados para ejercer nuestra humanidad sobre ello? La Vida entera implica en la toma de decisiones, desde la mañana hasta acostarnos, conlleva riesgos potenciales, medios y bajos. El temor estará instalado durante un tiempo, el miedo al contagio, la duda de como dice la canción de The Clash “Should I Stay or Should I go”, los reencuentros, el contacto, las charlas, los trabajos, las relaciones laborales, físicas, amorosas, las salidas, y otro sin fin de cosas más.

Habrá decisiones acertadas y otras equivocadas, las habrá buenas y malas, habrá de las desesperadas y de las racionalizadas, de manera consciente o inconsciente. Pero al fin y al cabo sabiendo que son meras decisiones, habiendo dado un paso, habiéndonos animado, sabiendo Recalcular.