Bailando con la mas fea

Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.

Frédéric Chopin

… Era muy oscura la madrugada, las olas hacían su concierto en alta mar, y bramaban golpeando con furia contra la embarcación “Orian-7” que navegaba y surcaba los lares marítimos. Los tripulantes intranquilos corrían de proa a popa y de estribor a babor tratando de reparar los daños que la tormenta le estaba causando al casco, daños que si no eran remediados inmediatamente podrían ser irremediables. Agotados ya de tanto “traqueteo” decidieron, como última alternativa, ir a hablar con el capitán ya que lo veían muy tranquilo, casi como que normal.

Tripulante: -Capitán, como habrá visto estamos en el ojo de una tormenta y junto a los otros tripulantes decidimos rendirnos. Creímos conveniente avisarle ya que usted está al mando-.

Capitán: -¿Rendirse? ¿Ojo de una tormenta? – Dijo, dando un paso hacia afuera y viendo lo que sucedía mirando hacia el firmamento. – Excelente, tranquilos, la noche está más oscura que nunca y la tormenta está más fuerte de lo que puede estar- Esbozó una sonrisa y cerró la puerta de la cabina, dejándolo totalmente boquiabierto y desesperanzado al tripulante que le fue a hablar en nombre de todos.

Se dio media vuelta y mientras iba caminando a comunicarle a los otros, pensaba de manera muy preocupada lo que iría a decirles. Cada paso le pesaba mucho, reflexionaba sobre esas dos cosas que le dijo el capitán del “Orian-7” (la noche está más oscura que nunca y la tormenta más fuerte de lo que puede estar). Su mente era un frenesí de ambas informaciones y poco a poco su semblante aterrador iba cambiando a una serenidad aparentemente genuina. Al llegar el resto de los tripulantes se sorprendió con el rostro del que había sido enviado a hablar con el capitán y pronto supusieron muchas cosas positivas como: “Se han comunicado con otra embarcación para rescatarnos”, “hemos cambiado la ruta y nos salvaremos” entre muchas cosas.

-“Nada de lo que están murmurando es cierto”- dijo calmado, mientras veía que el terror nuevamente se apoderaba de los que iban en la embarcación. –“La noche está más oscura que nunca y la tormenta más fuerte de lo que puede estar, así que tranquilos y a esperar que pase el tiempo”- Supo que se arriesgaba al linchamiento diciendo y actuando de esa forma, oyendo insultos de todo tipo y calandria. A diferencia del resto, el enviado había entendido el mensaje.

Cuando todos decidieron y estaban a punto de pedirle explicaciones al capitán, de pronto como si nada, el día empezó a clarearse y la tormenta cesó de repente. Los tripulantes miraban sorprendidos y confundidos aún sin entender nada, cuando por detrás de todos se asomaba el capitán…

-“La noche se ha rendido, y la tormenta también, cuanto más oscura sea la noche, más cerca está el día, y cuanto más fuerte está la tormenta, más cerca está de cesar, la música siempre terminará por más que nos toque bailar con la más fea”-  dijo el capitán.

(Cuento “El Capitán” – Martín Cuña)

Desde que el año 2020 ha comenzado, he oído muchos adjetivos hacia él, debido a lo atípico y agitado que ha resultado ser. Días atrás en una librería de Montevideo, el vendedor me mencionó una palabra que encaja exactamente como descripción: “Extraño”. Proviene de la palabra “exterus” (Exterior) y es que estos meses del año han caído en nuestra humanidad como seres de otro mundo; nos tocó bailar con la más fea.

He elegido esta frase porque refleja lo que hemos estado viviendo, atravesando una situación extremadamente nueva. La nomenclatura de lo que estamos transitando se puede dar en 2 términos: ‘Oportunidad’ y ‘Desafío’. Existe un libro famoso, escrito por Ambrose Bierce en la Inglaterra de 1906, que lleva por nombre “El Diccionario del Diablo”; en dicho diccionario podemos ver el significado de la palabra Oportunidad de una forma auténtica y curiosa: Ocasión favorable para atrapar un desengaño. Si bien está cargado de ironía, si descomponemos el significado nos encontraremos en primer lugar con “Ocasión favorable”, ¿Para qué? Cada persona sabrá el porqué, ya que nos podemos permitir pensar una paradoja sin respuesta absoluta: o somos muy insignificantes en el universo y en cualquier momento podemos desaparecer como especie o que somos demasiado importantes y los sucesos que se van dando son para replantearnos aquello que compone nuestra vida.

En segundo lugar ‘atrapar’. Cuando era pequeño recuerdo que jugábamos por horas al “Family Game” con juegos que nos duraban horas como por ejemplo, Súper Mario, y cuando nos dábamos cuenta utilizábamos el botón de Pausa y aprovechábamos ese tiempo para merendar algo, comer, charlar, hacer algún mandado, entre miles de cosas que durante el día quizás no se iban a dar más. Y Creo que en síntesis de eso se trata, de habernos dado cuenta de lo que ha estado pasando y haberle presionado el Pausa a la rutina cargada de nuestro diario vivir, para “atrapar” lo que hemos estado dejando por el camino, como en “El Mago de Oz”, cuando Dorothy al emprender viaje hacia ciudad Esmeralda, se encuentra con personajes impensables como el espantapájaros que quería un cerebro, el hombre de hojalata que quería un corazón, y un hombre-león que deseaba tener coraje. Al fin y al cabo, atrapar.

En tercer lugar ‘desengaño’. Con desengaño me quiero referir a que cada uno de nosotros debido a nuestra subjetividad, somos atropellados por realidades diferentes, y terminamos creyendo que nuestra realidad es la única o que existen dos o tres más pero que no son la nuestra. El primer paso para ser Humanos es asumir que siempre nos equivocamos, empezar por creer que existen otras realidades es el primer paso para ello, por lo tanto, señoras y señores nos hemos engañado.

Si hablamos sobre Desafío, nos remontamos a tres características esenciales acerca de el: obstáculo, pérdida, y victoria, y aún una cuarta que no nos enseñan mucho que es el aprendizaje que obtenemos, debido a la constancia y esfuerzo que llevamos a la práctica cuando incurrimos en un desafío. Existe una diferencia fundamental entre ser un Aventurero y un Expedicionario, el aventurero vá al mar a ver que va a pasar, y el expedicionario vá al mar cuando ya sabe lo que va a suceder. Soy fiel creyente de que tenemos el desafío de pasar de aventureros a ser expedicionarios, ya que nadie era capaz de prever lo que iba a pasar pero ahora que sabemos, tenemos la Oportunidad de zarpar la vida o anclarnos en la indecisión. Nuestra meta no es llegar a la cumbre, sino llegar a casa luego de la cumbre, porque las cumbres, los obstáculos, las dificultades existen y pueden ser abundantes pero el ápice no es la obtención de una victoria o saber que fuimos derrotados, sino mirarnos hacia adentro (nuestra casa) y estar tranquilos que hemos hecho nuestra tarea como personas. No podemos permanecer arriba, ya que al llegar lo primero que hacemos es mirar hacia abajo, hacia la llanura, pensar en lo que nos ha costado subir, sino que tenemos que descender, regresar, retornar. Por último traigo a colación lo que decía en las puertas del Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo” y “Nada en demasía”.

Bibliografía:

Briece, A. (1906) El Diccionario del Diablo. Londres. Inglaterra. Editorial Neale Publishing